Article aparegut el diari " La Arena" de la Pampa Argentina
El dia 13 de Març 2006
VALENTIN BOSCH PERSEGUIDO POR TERCERMUNDISTA
La hoja del cura "subversivo"
"Encuentro" fue el boletín utilizado por el sacerdote Bosch para sus
tareas pastorales, pero también para divulgar su pensamiento
progresista y de denuncia. Durante la dictadura militar, fue
perseguido, censurado por el obispo Arana y tuvo que exiliarse.
NORBERTO G. ASQUINI
El cura Valentín Bosch llegó a la Argentina en 1963 para trabajar con
el obispo pampeano Jorge Mayer. Había nacido en 1931 cerca de
Barcelona, España, y con todo el fervor del compromiso social de la
Iglesia posconciliar se dispuso a realizar su misión en el sur de la
provincia. Hombre de un catolicismo progresista vinculado al
tercermundismo, tenía a su cargo las parroquias de varios pueblos:
Jacinto Arauz, La Colorada, Jacinto Arauz, General San Martín,
Bernasconi, Abramo y Hucal.
A partir de 1969 comenzó a publicar el boletín "Encuentro", una hoja
de dos carillas que se distribuía en esas localidades. Allí volcó la
tarea diaria sacerdotal y noticias de la liturgia para su feligresía,
pero los temas trascendieron la tarea pastoral y allí quedó plasmado
su pensamiento y compromiso social. Definiciones sobre una iglesia
volcada a los humildes y rebelde a los poderosos se mezclaban con
caricaturas de un incisivo humor social.
"En ese entonces no sabíamos lo que estábamos leyendo, cosa que nos
dimos cuenta con los años, de la importancia que tuvo esa hoja para
nuestra formación", confió una docente de la zona. Ese boletín era
leído por una generación que había crecido bajo la dictadura militar
de la Revolución Argentina (1966-1973) y estaba urgente de información
y política.
El cura Valentín apoyó algunos movimientos gremiales y políticos
locales como la huelga de Salinas Grandes y además practicaba el
ecumenismo con la religiones protestantes como los valdenses y
luteranos. Con la llegada de la democracia en 1973, tomó una posición
política que vinculó su compromiso con los sectores populares con el
movimiento nacional representado entonces en el peronismo y apoyó la
elección de José Regazzoli.
Pensamiento.
"Encuentro", de aparición semanal, llegó a los 330 números en sus ocho
años de existencia. El primero fue del 3 de agosto de 1969. Promovía
actividades como los agrupamientos de jóvenes y tareas comunitarias.
En sus páginas mezclaba novedades sobre la catequesis con las condenas
al FMI o comentarios de política nacional e internacional.
Sin llegar a encuadrase en el radical Movimiento de Sacerdotes por el
Tercer Mundo, con quienes tenía vinculaciones, Bosch condenaba el
capitalismo liberal y unía el concepto de salvación con el de
liberación. También era espacio para difusión del pensamiento juvenil
a través de colaboraciones y reflexiones sobre temas sociales.
Entre 1974 y 1975, "Encuentro" profundizó su condena contra la
violencia como opción política de las organizaciones armadas, pero sin
dejar de advertir la escala represiva del Estado.
Seguir predicando.
Luego del golpe de Estado del 24 de marzo del 1976, el cura Bosch
continuó con la publicación de la hoja en un clima adverso a la
opinión pública. Como muchos argentinos que observaron la llegada de
los militares como una manifestación de orden ante el caos económico,
político y social del caído gobierno de Isabel Perón, expuso su
esperanza en el cambio. Pero por ello no dejó de observar cuáles
debían ser las obligaciones de un buen gobernante y denunció algunos
de los males que habían llegado con la Junta Militar.
El 13 de junio al hablar de la semana santa hizo un alegato irónico
bajo el título "Prohibido resucitar" con un paralelo entre la
resurrección de Cristo y la renovación social. "Que los muertos nos
dejen tranquilos. Que los pobres se queden quietos. Que las masas
obreras no armen lío. Que los países subdesarrollados dejen de
organizarse en un Tercer Mundo (...) ¿Por qué la resurrección? ¿Para
qué renovarlo todo? ¿Por qué cambiar si estamos bien", se preguntaba
Bosch.
El 13 de junio publicó un mensaje de algunos obispos contra las
"detenciones indiscriminadas" y la "ignorancia del destino de los
detenidos" que estaban sucediendo en el país.
Y en el número 328 del 20 de junio afirmó: "nadie tiene derecho a
abatir, torturar, asesinar. Ninguna reivindicación ni ninguna ley
pueden concedernos licencia para matar... ni al enemigo! No es
solucionar el mal matar al enemigo: lo único que se consigue es atizar
el odio y represalias... y también el enemigo tiene derecho a la
vida!".
Además, dio cuenta en ese página de una charla que dio el jefe de
Policía, Luis Baraldini, sobre la prostitución y las enfermedades
venéreas a alumnos secundarios de Jacinto Arauz, General San Martín y
la zona. Allí afirmaba que habían pasado fotos de 15 chicas apresadas
con signos de enfermedades. Bosch se preguntaba: "¿Por qué
'quemarlas'?".
Arana censurador.
Para entonces, el cura comenzó a estar en la mira de los militares y
de la curia que dirigía el conservador obispo Adolfo Arana. Bosch
tenía patente de "díscolo" y el obispo lo había comprobado en 1975
cuando había tenido que reprenderlo por no querer bendecir los bancos
inaugurados en la zona porque entendía que eran sólo una empresa
capitalista y nada tenían que ver con la labor espiritual.
A la semana siguiente del alegato de "Encuentro" contra la represión y
la charla de Baraldini, Arana le envió una nota en la que le informaba
que "después de madura reflexión y examen de las hojas tituladas
Encuentro editadas por ti, hemos resuelto prohibir terminantemente su
publicación en lo sucesivo".
El sacerdote sacó entonces su última hoja. En vez de número, que debía
ser el 330, colocó "RIP. Número fuera de serie" junto al nombre del
boletín y encabezó la portada con la carta del obispo. Luego hizo una
serie de consideraciones a través de cartas de sacerdotes que
elípticamente hablaban contra la censura impuesta: "cuando hay que
decidirse entre lo humano y lo inhumano, todos están comprometidos en
política. Incluso el silencio tiene efectos políticos", decía una de
ellas.
El final.
El 14 de julio de 1976, militares y policías pampeanos tomaron por
asalto a Jacinto Arauz y detuvieron a profesores y vecinos vinculados
con el insituto José Ingenieros. Cinco arrestados fueron torturados y
encarcelados durante meses.
Ese fin de semana Bosch dio misa y no se quedó callado. El sábado 17
sacudió a los feligreses. "Hoy no cantamos porque no podemos estar
contentos habiendo hermanos nuestros presos", fue una de las frases
que se le escucharon en General San Martín y Jacinto Arauz. Las
palabras llegaron a oídos de los militares santarroseños en cuestión
de horas. ðLuego, Bosch promovió una junta de firmas para pedir por la
liberación de los vecinos.
Según dos testimonios recogidos para el libro "Crónicas del fuego",
por entonces Arana les había dicho a los curas progresistas: "Váyanse
porque no respondo por sus vidas". Uno fue el sacerdote Bosch. Las
muertes de algunos eclesiásticos también indicaban que los tiempos
parecían no respetar ni a las sotanas.
El 16 y el 22 de julio, la vivienda adyacente a la parroquia de
Jacinto Arauz que era utilizada en sus visitas por el cura catalán fue
allanada por personal militar. Para entonces, había sido amenazado de
muerte tres veces por medio de cartas que habían llegado hasta su
oficina en General San Martín y sus compañeros le pidieron que se
fuera por seguridad. Poco después, el cura Valentín se marchó al
exilio.
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